¡Hola a todos!
Hoy vengo a presentaros una entrada en la que he trabajado y puesto mucho esfuerzo.
La tarea de esta semana fue crear un currículum para presentarlo a una de las empresas de mis compañeros de clase. Tenía para escoger entre una tienda que engloba los videojuegos, la música, los cómics, etc; una tienda de discos y vinilos; y una tienda de ropa. Yo decidí escoger esta última porque me parecía más interesante y novedosa.
Una vez supe hacia que sector tenía que dirigir mi currículum, tuve que decidir entre uno convencional o uno ciego y en el formato que lo quería presentar.
Un currículum ciego es aquel que suprime las características que pueden propiciar que un candidato sea discriminado, como la edad, el género, la etnia, etc. Sinceramente, tengo sentimientos encontrados respecto a él, porque por un lado me parece una idea asombrosa que puede hacer que el mundo laboral sea un poco más justo, pero por el otro me da rabia que hayamos tenido que llegar al punto de ocultar ciertos aspectos de nuestra persona para poder optar a ciertos trabajos. Me decepciona que en el siglo en el que estamos aún sigan cobrando menos las mujeres que los hombres, que rechacen a una persona porque no cumpla la estética de la empresa, que importe más el color de la piel que la capacidad de una persona, etc.
Como no era capaz de decidir entre los dos, me centré en escoger el formato de currículum. Había bastantes posibilidades: uno clásico, uno gráfico, un vídeo, etc. No me costó mucho decidir que quería hacer un videocurrículum, ya que considero que me desenvuelvo bien ante una cámara y me parecía una idea muy original e interesante. Aparte, como a la empresa a la que me dirigía era de moda y no en una oficina por ejemplo, consideré que el hecho que ser diferente y creativo me iba a dar más posibilidades.
Lo primero que tuve que hacer fue escribir el guión y pensar como quería plasmarlo. La primera parte fue bastante fácil: buscar qué aptitudes se requieren para ser dependienta, inventarme una historia, etc; la segunda ya me costó mas. Porque soy una persona muy perfeccionista y se me ocurrían un montón de cosas super complicadas, pero a veces tienes que controlarte y hacer algo un poco más sencillo. Entonces, tras mucho pensar decidí hacer un vídeo en mi escritorio y darle un poco de dinámica grabando con dos cámaras.
Antes de comentar el proceso de grabación y mis sensaciones aquí os lo dejo para que sepais a que me refiero:
Como podréis apreciar no es muy largo, pero consideré que era lo mejor para no aburrir al supuesto empresario. Después, el grabar no fue muy difícil. Sentarme en la silla y repetir tantas veces como fue necesario el guión escrito. Después lo monté y le puse la música por debajo con un programa de pago que tiene mi padre descargado, el Vídeo Premium Deluxe, así que en ese aspecto no puedo ayudaros, ya que no sé ninguna forma de montarlo en una aplicación gratuita.
Aparte del vídeo, tuve que hacer una carta de presentación para la empresa. Esta se suele hacer porque la piden o porque sabes que la valoran. Fue lo que menos me costó de todo el trabajo, ya que solo tuve que leer varios ejemplos para entender cómo había que estructurarla y el lenguaje que debía usar. Una de las cosas importantes era no repetir exactamente lo mismo que dije en el currículum, por eso me reservé el apartado de los idiomas que hablo para ella.
Aquí os dejo el enlace de mi carta de presentación, que está alojada en mi Drive. Tuve que hacerlo así ya que no soy capaz de embeber el PDF y, el documento embebido de Drive me queda muy pequeño.
Espero que os haya gustado mucho mi vídeo y que hayáis aprendido algo sobre el mundo laboral.
¡Hasta pronto!
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